Compartimos la nota publicada en la edición número 65 del mes de enero 2017 de la revista Yoga+.
Un espacio de encuentros con caballos para profundizar en la auto conciencia, la sanación y la conexión con nuestro verdadero ser. Ellos nos hablan con sus gestos, nos devuelven lo que perciben de nosotros con su comportamiento. La observación de sus respuestas nos permite conocer lo que hay en nuestro interior, que muchas veces desconocemos.
Por Victoria Beláustegui y María Luisa León
En un espacio de naturaleza en su estado puro, que permite armonizar nuestro ritmo y conectar con lo más esencial, los caballos nos hablan con sus gestos, nos devuelven lo que perciben de nosotros con su comportamiento. La observación de sus respuestas nos permite conocer lo que hay en nuestro interior, que muchas veces desconocemos. Por eso decimos que los caballos son como espejos donde podemos mirarnos. Cuando nos presentamos frente a ellos como aprendices dispuestos a recibir lo que naturalmente nos reflejan, podemos recibir mucha información sobre nosotros que nos puede ayudar, sin duda, a liberar nuestras cargas, cerrar heridas, enfrentar y resolver nuestros desafíos y lograr cambios en nuestro presente para vivir en plenitud.
Mito universal
Todos los animales pueden darnos pistas para conocernos mejor, compartimos con ellos la esencia animal. Pero los caballos encierran, además, el arquetipo de la fortaleza, el poder, la gracia, la belleza, la fidelidad y sobre todo, la libertad.
Desde la prehistoria y las primeras civilizaciones, el caballo ha sido un mito universal. Muchas leyendas y cuentos mitológicos mencionan al caballo como clarividente y capaz de percibir a los humanos con poderes mágicos.
El nombre Caballo Alado tiene un origen mitológico y un significado de trascendencia espiritual bajo la visión de Unidad entre todos los seres del universo. Según la mitología griega, fue el primer y más famoso caballo alado, que llevó a Zeus, el dios de los dioses del olimpo, el trueno y el rayo, por lo que éste le permitió que hiciese un viaje libre y sin dueño hacia el universo, y allí se quedó en una constelación, que desde entonces lleva su nombre.
Decodificadores
Ningún otro animal le ha dado al hombre la libertad física de movimiento que el caballo le ha dado. Sin duda el caballo es también capaz, de ayudarnos a encontrar esa otra libertad de movimiento, la libertad espiritual, la libertad del Ser. Son capaces de espejarnos claramente, mostrándonos lo que perciben de nosotros. Podemos llamarle magia o misterio, aunque también hay una manera más científica de explicar qué sucede en estos planos entre el hombre y el caballo. Nuestra manera de utilizar el cerebro para generar y expresas nuestras respuestas y comportamientos a los estímulos externos está basada, además del lenguaje hablado en el lenguaje corporal y la energía que emitimos. ¡Y este es justamente el lenguaje que entienden los caballos! Son capaces de comprender y decodificar nuestros gestos y emociones reaccionando instantáneamente frente a nosotros.
¿Y porque sucede esta interacción? Todos los seres más allá de la materia sólida que los compone somos energía, esa energía fluye permanentemente interactuando con el entorno, ganando o perdiendo energía en función de las frecuencia emitidas, recibidas y la resonancia que puede producirse. Los caballos operan como una antena parabólica de alta definición que puede sintonizar con sorprendente exactitud y fidelidad las energías que percibe e inmediatamente las refleja a través de un comportamiento que muestra una imagen que la persona que está trabajando puede decodificar. Los caballos son potentes receptores que nos ayudan para mejorar la comunicación entre el alma -esencia del ser- y el consciente.
Poder Sanador
Caballo Alado nació en 2014 como resultado de un trabajo personal y profundo de tres mujeres buscando sanarse y sanar. Junto a Beatriz Bibiloni -un ser especial de luz que ya no está en este plano- comenzaron a caminar María Luisa León y Victoria Beláustegui, descubriendo la dimensión sanadora del caballo como espejo del alma. Maggie es farmacéutica, especialista en Terapias del Alma y bioenergética. Fundó en 2008 con Beatriz la ONG Clara de Asís Mano con Mano, que estimula actividades para el encuentro interior y el servicio solidario. Vicky ha estado vinculada con los caballos desde niña, pero recién a partir de sus trabajos personales de búsqueda espiritual y autoconocimiento, comenzó a conocer esta dimensión sanadora del caballo. Ella misma fue descubriendo, en su vínculo permanente con los caballos, que había otras maneras de comunicarse con ellos. Empezó a capacitarse en técnicas de doma natural y sin violencia, que basan el trato con el caballo en un vínculo de respeto, comunicación y confianza, y comenzó a trabajar con sus propios caballos. Con gran sorpresa para ella, éste fue un intenso camino de profundización en su propio ser.
Desde la creación de Caballo Alado, Maggie y Vicky han venido realizando encuentros, donde han participado niños, hombres y mujeres, trabajando una gran gama de temas vinculados a la condición humana: la autoestima, el liderazgo, enfrentar los cambios, los miedos, el sufrimiento, sanar vínculos, las dudas, el perdón y la reconciliación. Además de capacitarse y formarse continuamente en el conocimiento de los caballos como puente hacia nuestra esencia, ellas basan su trabajo en su entrenamiento de muchos años de diferentes técnicas y disciplinas para el conocimiento interior y en la atenta escucha de la voz interna de la intuición para apoyar el encuentro, actuando como facilitadoras para que la experiencia sea personal en un espacio de contención amorosa que permite escucharse teniendo la certeza de que la principal guía de sabiduría que todos tenemos es nuestro propio Ser, nuestro verdadero maestro. El amor como energía fundamental para el ser, es el ingrediente principal de estas actividades. Los encuentros están sostenidos en una red de energía femenina donde lo amoroso, lo uterino, da la contención necesaria para una vivencia cuidada y protegida, ya que la esencia femenina es nutrición y esta comunicación que llega hasta nuestra esencia es una nutrición para el alma.
Los encuentros son grupales donde cada uno tiene también la oportunidad de trabajar de manera individual. No se requiere experiencia previa con los caballos y todas las actividades son sin montar. Una armonización inicial para desconectarnos de todo lo que traemos, y conectarnos con nosotros mismos, nuestra percepción, el entorno, los caballos y los demás participantes es parte de la propuesta. Se realizan algunas actividades grupales de interacción con los caballos y luego cada asistente trabaja de manera individual según lo que las facilitadoras evalúan adecuado para cada caso. Son grupos reducidos de entre 8 y 12 personas, donde en general se trabaja también mientras acompañamos el trabajo de los demás. Normalmente sucede que la conformación de los grupos, si bien supuestamente es aleatoria y casual, propone algún tema en común que atraviesa a todas las personas que participan, haciendo más rico y productivo el trabajo en el plano individual.
Como el servicio es una parte esencial de la propuesta de Caballo Alado, parte de lo que se recauda se destina a algunas de las obras que realiza la ONG Clara de Asís, mano con mano.