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Desde niña amé los caballos. Desde el juego y la diversión, creo que el caballo ha sido mi primer confidente. Tardes de lluvia montada en mi gateado 'Don Manuel' me llevaron a espacios de sueño y libertad interior que hoy son una fuente de alimento.  

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Me alejé de ellos por varios años, hasta que nuevamente me permití el reencuentro, impulsada por una gran crisis existencial, que me animó a buscar hondo en mi baúl de los sueños. Dedicarme a los caballos era un sueño desde chica, pero lo había dejado para 'otra vida', en esta debía estudiar, ser profesional, vivir en la ciudad, 'donde suceden las cosas...  

 

¡La vida me dio una oportunidad! Empecé el camino de búsqueda de sentido a mi vida, para saciar un vacío existencial que no podía contener. Lo que era y lo que hacía en ese momento, aunque exitoso para los parámetros 'normales' de la sociedad, no me llenaban. Empecé haciendo cursos de doma natural, donde se prioriza la escucha y comunicación abierta con el caballo, muy alejada del lugar de dominación típico en que me había criado. Como la comunicación va y vuelve, empecé a comprender todo lo que me estaba pasando en mi vida gracias a lo que me devolvían los caballos.

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Esta etapa representó para mí la más bendita oportunidad de sanar; en 2013 enfermé de cáncer y sané luego de un camino intenso y abismal. Los caballos fueron para mí los mayores compañeros de este tránsito, ahí aprendí el valor de estos guías puros para limpiar el alma. Ahí también apareció la virtud de la escritura, donde cuento en poesías en mi libro Serendipia el proceso de transformación que atravesé gracias a la enfermedad. El segundo libro (201), Semillas en mi herida, es el corolario de este aprendizaje donde cuento también en poesía, esta mirada alternativa y nutricia de mi enfermedad. Al final ha sido todo una bendición, sólo había que saber mirar y pausarme. (Si querés adquirir los libros hacé click aquí). La práctica y la enseñanza del yoga, el descubrimiento de la expresión de todo mi ser a través de la danza y la música con Biodanza, y la escritura sanadora a través de la poesía fortalecieron mis pasos en este mundo de transformación y liberación. Los caballos han sido desde entonces, mis grandes guías, mi cable a tierra. Estoy inmensamente agradecida a los seres de luz que me cuidan por haberme enviado a estos guías a mi vida. 

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​Amo los caballos, son parte de mi vida desde chica. Dedico tiempo y muchas energías a comprenderlos y comunicarme mejor con ellos. He domado a algunos de mis caballos, pero principalmente ellos me doman a mí a diario.. ​Mi pasado como Lic. en Economía y especialista en desarrollo sustentable, es una manifestación elocuente de mi genuino interés por la organización social, de grupo, de comunidad, sistémica. Aprendo mucho de la Naturaleza. Encuentro aquí casi todas las respuestas a mis preguntas existenciales y cotidianas, y esto también lo quiero compartir con los demás. Podemos nutrirnos con valiosos aprendizajes para nuestra evolución a nivel individual y sistémico retomando el contacto más profundo con la Naturaleza. 

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Estoy nadando por el océano de esta vida, formándome y capacitándome continuamente sobre caballos y personas, y lo quiero compartir. Porque es mágico, simple, puro. Bello y natural, como nuestra propia esencia.  Busco que el conocimiento me acerque a la verdad del ser y de la existencia para ponerlo al servicio del otro, por eso me defino como una aprendiz permanente.

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Creo en el amor como fuerza de unión verdadera, que yace detrás de cada persona. Trabajo fervientemente para que ese amor florezca ante todo, para lograr una mejor humanidad.

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Me mueve sinceramente la fuerza del amor.

 

 

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