Victoria Beláustegui

29 de jul de 20181 min.

Fruto

Albergo en mi centro

infinitas posibilidades de ser,

así como la semilla encierra

la potencia del fruto.

Busco mi propia tierra fértil,

el abrigo del sol y el agua de lluvia

para llegar a ser capaz

de desplegar mi brote,

crear mis plántulas,

erigir un tallo,

inventar mil hojas,

llegar a la flor y,

por fin,

ser fruto.

Cada instancia de vida representa

una posibilidad de ser

ese tallo,

esas hojas,

esa flor.

Engendra en su seno el potencial de lo nuevo,

lo desconocido.

Invoco pues,

a las fuerzas vivas que me habitan,

a que me hagan llegar al fruto.

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