Por qué es terapéutico el trabajo con caballos
Actualizado: 2 may 2020

Los caballos responden inmediatamente a los estímulos. Activan sus sistemas de alerta ante una aparente amenaza, como un sonido extraño por ejemplo. Paran sus antenas, observan, asocian, actúan, se preparan para huir. Si reconocen el sonido o la forma y no hay peligro, automáticamente relajan, bajan la cabeza, siguen comiendo, durmiendo o en compañía con otros caballos.. Así es el normal funcionamiento del sistema nervioso de un mamífero. Se activa y desactiva inmediatamente en función del entorno y del aprendizaje.
Cuanto más rápidamente pasa del acelerador (sistema de activación o simpático) al freno (relajación, parasimpático) y visceversa, más saludable y ágil es el sistema de interacción con el medio ( con los otros, con la vida, con nosotros). Estar con el acelerador o el freno la mayor parte del tiempo no es lo mas saludable, sino el rápido intercambio entre los dos sistemas. A esto se le llama coherencia cardíaca.
Nosotros, humanos, tenemos la misma 'aparatología', solo que a veces quedamos atrapados en el estado de alerta y ansiedad y no podemos bajar "los decibeles" para volver a un estado de serenidad. A comer, a dormir, a estar con otros... y estamos la mayor parte del tiempo con el sistema de defensa en alerta. Por lo tanto, generando agotamiento, estrés, ansiedad, miedo, desconfianza, angustia... También a veces andamos con el "piloto automático", no nos pasa nada, no sentimos nada, nada entusiasma demasiado,, estamos como inmunizados, actuamos como automatas...y faltos de vida.
Aprender a reconocer cómo estamos, qué sentimos, y como ayudar conscientemente a nuestro sistema nervioso es otra de las virtudes del trabajo terapéutico con caballos.