Voluntad
Participar activamente en el mundo que me sostiene,
en lo que la vida me presenta,
en la experiencia,
en la vivencia,
es manejar el lápiz que dibuja
los ojos de mi piel,
el tacto en mis oídos,
lo que abre mis poros
ansiosos a lo nuevo
para absorber la clave
que me permita discernir,
interpretar
y reinterpretar
la experiencia de la vida.
Es un acto de voluntad
el que me lleva a querer
agarrar ese precioso lápiz.
A estar atenta a los estímulos,
a las señales,
para afinar mi propio canto,
poder percibir lo ínfimo,
y hasta lo,
en apariencia,
insignificante.
Cuanto más desarrollo mi percepción,
tanto más necesito,
creando así un espiral interminable
como un cable estelar
que me transmite
directo al corazón
la sinfonía de las estrellas,