Mi piel está llorando
Mi piel está llorando.
Incluso por momentos,
gritando.
Es que necesita lavarse, limpiarse,
sacarse todo lo viejo,
lo que ya no vive,
lo que aún pesa.
Mi piel está llorando,
que es su modo de decir
que necesita urgente otro traje
para atravesar airosa las siguientes pruebas.
Porque no sólo he de cruzar el puente,
quedan dragones enfrente
que lanzan llamas de fuego.
Mi piel está llorando,
es su modo de descanso
para hilvanar los hilos de átomos
y dejarlos que tejan en mí,
nuevamente,
la trama de la vida.
Esa que necesito ahora,
distinta a la que fue.
Es que mi piel sabe
que puede inventarse el traje
para caminar entre las llamas
y al final del camino,
quién sabe,
no importa.
Mi piel ahora llora,
preparándose para el camino mismo.
Después,
qué importa el después.