¡Danza!
Hazme un favor
¡Danza!
Suena el otoño,
entra suavemente en su ritmo tibio,
abraza tu ser hoy
y deja caer las hojas maduras.
Notarás que hay mucho que soltar.
Mira al propio árbol:
¡Queda desnudo cada año!
Hace lugar profundo
con honra y sin nostalgia.
¿Sabes?
Las hojas que sueltes en tu danza
nutrirán mi propia tierra,
son tu ofrenda individual
a la sanación colectiva.
Entonces,
ofreceré también las mías.
Sintiendo, soltando, abrazando,
que es mi manera de honrar.
Así, estas hojas rojas,
que ya dieron su aire,
mantendrán viva la masa madre,
esa que sostiene la vida
en el ciclo infinito
de nacer, morir, nacer.
Soltar, sentir abrazar,
para quedar vacíos
y observar qué hay.
¡Danza!